Viviendo el momento presente
El Mindfulness te permite estar en el momento presente y te ayuda a ser más consciente de tu experiencia inmediata con una actitud no enjuiciadora, de apertura y aceptación. Sus beneficios para nuestra vida cotidiana son muchos: contribuye a regular las emociones, reduce el estrés y la ansiedad, mejora el bienestar psicológico, acrecienta la capacidad de concentración, ayuda a dormir mejor, favorece la creatividad… La práctica Mindfulness, más que un conjunto de técnicas para estar en el momento presente, es una filosofía de vida, una actitud que hay que adoptar para volver a conectar con uno mismo. Es un estilo de afrontamiento que impulsa las fortalezas personales, que ayuda a autorregular el comportamiento y a conocerse mejor, además de crear un ambiente propicio para el bienestar. En otras palabras, la Atención Plena es una manera consciente e intencionada de sintonizar con lo que está pasando dentro de nosotros y nuestro alrededor, y permite desenmascarar automatismos y promover el desarrollo integral. ¿Qué diferencia la práctica formal y la informal de mindfulness? La práctica formal es la que realizamos en quietud, sentándonos o tumbados. La práctica formal es la que realizamos en quietud, sentándonos o tumbados. Paramos unos minutos, calmamos el cuerpo-mente con la respiración y observamos nuestro interior sin juzgar. Aprendemos a reconocer los pensamientos y emociones que conforman nuestra experiencia vital. Reconocemos esos fenómenos como transitorios y los dejamos pasar. No los expulsamos ni los apartamos. Permitimos que desaparezcan y nos rendimos a la realidad: todo es impermanente. La práctica informal la hacemos cuando, en nuestra vida cotidiana, estamos presentes: cuando comes comiendo, saludas saludando y andas andando. Cuando estás en lo que hay que estar, viviendo el presente en lugar de llenarlo de ruido mental, de constante autocrítica y ansiedad.
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